Durante la infancia, y en plena etapa de desarrollo, nuestros hijos aprenden una serie de hábitos y conductas que reforzarán poco a poco su autonomía. Entre estos hábitos encontramos el hecho de dormir solos, ya que esta conducta también se aprende.
Lo ideal es que desde pequeños ellos aprendan a dormir en su propia cama. Es decir, desde bebés, deben tener su propia cuna para que nosotros los padres solo los llevemos a dormir en ella.
Si bien es cierto, cuando educamos también debemos ser flexibles, porque en ocasiones nuestro hijo/a termina durmiendo en nuestra cama (está enfermo, tiene pesadillas, miedo, etc.). Sin embargo, estos deberán ser actos puntuales, ya que cuanto más tiempo tarde en dormir solo en su cama, más difícil será que pueda acostumbrarse.
El dormir es un hábito de autonomía que se aprende con el tiempo, y los padres deberíamos tener un papel activo en esta buena práctica. Pero el hecho de que nuestro hijo/a se acostumbre a dormir en nuestra cama, puede originar el siguiente problema: tener miedo de dormir solo/a.
- ¡Mami, abrázame!
- ¡Papi tengo miedo a dormir solo!
- ¡Papás! ¿Puedo dormir en su cama?
¿Cuántas veces hemos escuchado estás frases de nuestros pequeños?
¿Cuántas veces esos pequeñitos ojos buscan a sus padres para poder sentir seguridad al dormir?
Es muy común para muchos padres ver cómo nuestros hijos, a una cierta edad, insisten en dormir acompañados o se meten en nuestra habitación a media noche por tener miedo. Y por tratar de protegerlos, en muchas ocasiones evitamos que nuestros pequeños sufran, haciendo que el problema se mantenga o incluso aumente.
Consecuencias de no dormir solo/a
El hecho de que nuestro hijo/a no aprenda a dormir solo, tenga miedo a dormir solo, o que se demore esta etapa tan necesaria para su desarrollo puede conllevar una serie de consecuencias negativas para su bienestar. Estas pueden afectar su desarrollo, y van desde dependencia emocional excesiva hacia los padres, hasta inseguridades o dificultades para desarrollar otras tareas que fomenten su autonomía. Pero, como padres, no debemos solo enfocarnos en las consecuencias negativas de que nuestro hijo duerma aún con nosotros, sino también en las consecuencias positivas que tiene el hecho de que duerma solo y en su cama.
De esta manera podemos educarlo no solo en el sueño sino también en la autonomía, mientras potenciamos aspectos tan importantes en su desarrollo como: autoestima, seguridad, independencia, etc.
¿Cómo superar el miedo a dormir solos?
Existen algunos factores que incrementan este miedo y pueden ser estímulos externos o amenazas que nuestros pequeños observen a su alrededor como noticias alarmantes, miedo a la oscuridad, pesadillas, etc. Pero no siempre hay un foco claro y el miedo en ocasiones puede ser difícil de explicar en términos de “qué me da miedo exactamente” o que está causando problemas para dormir.
Debemos recordar que nuestro hijo/a no elige tener o no miedo, ni tampoco tienen ciertos pensamientos porque quiere. Por lo tanto, es recomendable validar el hecho de que nuestro hijo/a sienta, y ayudarle a desafiar esos pensamientos concentrándose en el “cómo respondo a esto que me dice la mente”.
Pero para poder conseguir que nuestros hijos duerman solos, tenemos que tener claro lo siguiente; El miedo se vence tocándolo. Y nosotros como padres tenemos que crear un hábito o un ritual de sueño en ellos.
Tips para ayudar a tu hijo a dormir solo.
Discurso tranquilizador:
Es necesario que nosotros los padres nos mostremos seguros de lo que estamos haciendo y hagamos siempre lo mismo, de forma que nuestro niño/a asocie este hábito o ritual con el sueño. Para empezar, podemos explicar a nuestro niño/a que a partir de esa noche tendrá que dormir solo, mientras lo calmamos con un discurso tranquilizador. Podemos decirle que, aunque tenga que dormir solo, nosotros como papás siempre estaremos cerca de él/ella, que su muñeco le hará compañía en su habitación y que dormir le permitirá descansar para el día siguiente día. Si nuestro pequeño se despierta llorando por la noche porque quiere dormir con nosotros, evitemos a toda costa entrar en su habitación y tomarlo en brazos. En vez de eso, intentemos calmarlo convenciéndolo de que nosotros estaremos cerca, pero que debe dormir solo y eso no cambiará.
Crea Rituales:
Se recomienda crear rituales antes de ir a la cama como, por ejemplo: ducharse, cenar, leer un cuento, dar el discurso tranquilizador e ir a dormir. Otro ejemplo puede ser explicarle a nuestro niño para qué es cada parte del día con un dibujo del Sol y de la Luna que el mismo haya hecho. Podemos decirle que cuando sale el Sol debe ir a la escuela, estar despierto y feliz, pero cuando llega la Luna debe ir a dormir. Cada familia creará el hábito que considere correcto, en función de los gustos y la edad de nuestros hijos. Con estos hábitos se pretende que nuestros hijos, tarde o temprano, asocien el sueño con algo bueno.
Evita que duerma durante el día:
En algunas ocasiones, se recomienda evitar que nuestros hijos duerman durante el día o limitemos el tiempo de su siesta, ya que al llegar la noche puede resultar que tenga dificultades para disminuir su actividad y presente problemas para dormir. Si nuestro hijo/a no duerme durante el día, lo más probable es que cuando llegue el momento de dormir, llegue cansado y tenga más facilidades para conciliar el sueño. Es importante destacar que esto no es viable para todos los casos, debemos conocer bien a nuestros hijos para saber si esto resultará eficaz o no. También se recomienda, para superar el miedo a dormir solo, procurar crear un ambiente de calma antes de ir a dormir con la finalidad de no exaltar a nuestros pequeños.
Premia sus avances
Para superar el miedo a dormir solo es importante darles respuestas a nuestros hijos sobre sus logros. Si nuestros pequeños se esfuerzan y muestran avances, se los debe felicitar y hacerles sentir bien pero no con objetos materiales. Como nuestro hijo está haciendo un esfuerzo por hacerse más independiente y responsable, puede ser efectivo el hecho de que reciba algún tipo de recompensa. Si nuestros hijos ven que nosotros estamos contentos con sus logros y nos mostramos orgullosos, esto hará que ellos quieran conseguir lo que nosotros esperamos. Por ejemplo, si se quedó en la cama durante la semana y respetó el máximo de veces que puede llamarnos, el premio será ir a ver esa película que quería, comprarle su postre favorito, etc.
Plantea casos del pasado:
Podemos plantear casos en donde nuestro hijo/a ha afrontado el miedo y eso le ha hecho la vida mejor. Algunos ejemplos pueden ser cuando aprendió a montar en bicicleta, a nadar, o a ir en patineta. Debemos desarrollarlo de la siguiente manera; cuando decidimos ir a la piscina, pero al principio a nuestro niño/a le resultó difícil porque tenía miedo a ahogarse, pero que después se lanzó al agua y disfruto cada momento, enseñémosle que el día de hoy la piscina ya no genera ese miedo, sino que ahora se convirtió en diversión. Un equivalente así puede ayudar al niño y motivarle en el proceso.
Inventa juegos:
También podemos aplicar pequeños juegos en caso de que el miedo se base en pesadillas o en monstruos/fantasmas. Por ejemplo, si nuestros pequeños tienen miedo a los fantasmas, podemos usar maniobras terapéuticas con dibujos, haciendo que ellos toquen al fantasma y este desaparezca. O si tienen miedo a un monstruo, podemos escenificar como nuestro hijo vence al enemigo que se esconde debajo de la cama o closet. También es útil usar un spray “ANTIMOSTRUOS” haciendo que nuestro hijo lo rocíe en su habitación para que el monstruo desaparezca. El juego nos va a servir para entrar dentro de su mundo y cambiar ese guion que ha mantenido el problema por tanto tiempo.
Los humanos somos seres sociales que buscamos sobrevivir. Es por eso que buscamos una conexión con otros, necesitamos sentir protección y seguridad a nuestro alrededor. Pero cuanto estamos rodeados de oscuridad, se reduce notablemente muchos estímulos para estar atentos, por lo que es probable que en nuestra mente esto ocasione miedo.
¿Alguien más puede ayudarme?
Es normal que nuestros niños tengan miedo a dormir solos, sobre todo cuanto todo es oscuro, ya que la noche es el momento más crítico para muchos de ellos. Estás sensaciones son emociones universales y necesarias para nuestra supervivencia y forma parte del crecimiento normal del niño que se puede atenuar a través de sesiones de psicología especializada en niños.
El Método TOMATIS interviene en la regulación de los trastornos de las emociones mediante la utilización de música con sonidos agudos, por lo que tiene un efecto positivo sobre la calidad de la escucha en niños. Además, TOMATIS ECUADOR cuenta con Psicólogos Infantiles y psico rehabilitadores con lo cual podrás mejorar tu calidad de sueño
Te invitamos a que conozcas más de nosotros y nuestros profesionales en nuestra página web. ¡No dudes en contactarnos!
Déjanos tu comentario acerca de este artículo y que tan útil te pareció. Recuerda: todos hemos pasado por situaciones como estás en algún momento de nuestras vidas.