Cuando hablamos de memoria nos referimos a la función de nuestro cerebro que permite codificar y almacenar todo tipo de información que adquirimos. Sea por experiencia o por aprendizaje y que podemos recuperar en un momento dado cuando necesitemos. Basta con pensar en toda la información que hemos ido registrando y reteniendo a través nuestros sentidos a lo largo de nuestras vidas. Con eso podemos hacernos una idea sobre la gran cantidad de datos que somos capaces de almacenar como seres humanos.
La memoria permite a las personas tener una visión continua y coherente de sus vidas desde el pasado hasta el presente. Sin embargo, a medida que envejecemos, nuestro cerebro sufre distintos cambios que en ocasiones inciden directamente sobre nuestra memoria. Es muy común que las personas mayores empiecen a tener fallos de memoria que en muchos casos, si bien pueden resultar frustrantes, no son motivo de preocupación. La pérdida de memoria se evidencia de distintas maneras en cada persona. Si bien hay que diferenciar los fallos de la memoria normales en personas mayores (por envejecimiento normal) o por deterioro asociado a cuadros de demencia (envejecimiento patológico).
Cuando somos mayores, nuestra memoria aumenta en el recuerdo, nos acordamos mejor de cuando éramos más jóvenes, de cuando nuestros hijos eran pequeños. Pero si a eso le sumamos la soledad y falta de interacción social, tiende a incrementarse. Si la memoria se instala en el recuerdo, entonces la persona “empieza a perderse” porque pierde pie con la realidad presente.
¿Cuáles son los beneficios de ejercitar la mente?
Gracias al avance de la ciencia y progreso de la investigación, podemos decir que nuestro cerebro al igual que cualquier otro músculo del cuerpo puede ejercitarse. Así que es posible entrenar nuestra memoria con el fin de prevenir y/o frenar su deterioro.
Una forma eficaz de cuidar nuestra memoria es a través de la actividad mental o gimnasia cerebral que ayuda a desarrollar la neuro plasticidad. Esta es la capacidad del cerebro para reorganizar sus patrones y generar conexiones neuronales en respuesta a toda la información que recibimos de experiencias ambientales y sensoriales.
El ejercicio de memoria para adulto mayor, permiten que entrenen la plasticidad cerebral y les facilita mejorar los procesos de aprendizaje, capacidades cognitivas y tener comunicaciones más eficientes. Esto junto a unos hábitos de vida saludable, reduce el riesgo de sufrir deterioro cognitivo.
Algunos de los beneficios de hacer ejercicio de memoria para adulto mayor son:
- Lo efectos positivos del entrenamiento cerebral se mantienen hasta 10 años
- Reduce el riesgo de sufrir deterioro cognitivo
- Ayuda a mantener habilidades y rutinas como cocinar, realizar pagos, etc.
- Puede disminuir hasta en un 63% el riesgo de demencia
- Un aumento de tan sólo el 5% en la reserva cognitiva puede prevenir un tercio de los casos de Alzheimer.
Ejercicios de memoria para incluir en una rutina diaria
Para mantener la memoria, es necesario realizar rutinas de cuidado diario al igual que lo hacemos con nuestro corazón, pulmones y piel.
En Ilvem Ecuador queremos darte algunas pistas sobre ejercicios para estimular la memoria con objetivo de impulsar los distintos tipos de funciones cognitivas (memoria, atención, percepción, concentración, función ejecutiva…). A continuación, les vamos a presentar una serie de ejercicios y de hábitos con el fin de ejercitar la memoria:
Cambia el reloj normal por uno de aguja:
¿Cuántas veces miramos el reloj al día? Un ejercicio de memoria para adulto mayor puede ser cambiar el reloj digital o el del celular y colocar un reloj de aguja. Este puede colocarlo en la mesita de noche o en la pared para que puedan interpretar la hora.
Lee todos los días:
La lectura ejercita el cerebro y ayuda a recordar palabras. Se ha demostrado que leer el periódico, libros o revistas proporciona un impulso al cerebro. Leer tan solo 20 minutos diarios, ayudará a obtener nueva información, ampliar el vocabulario y estimular la memoria de corto plazo.
Cuando leemos nuestro cerebro pone en marcha dos procesos: el primero es el que usa para reconocer las palabras y el segundo es para entender el significado del texto. Otro consejo que puedes aplicar, es leer en voz alta, esto perfeccionará tu modulación e incentiva el entrenamiento cognitivo.
Lleva un diario de vida:
Escribir es otro ejercicio de memoria para adulto mayor que puede ser aplicado en su vida diaria. Que lleven un diario no solo le permitirá llevar registro de actividades y quehaceres, sino también puede escribir sobre sus sentimientos, pensamientos o memorias que quiera recordar. Escribir de forma habitual va a permitirle desarrollar sus habilidades motoras, cognitivas e impulsa la capacidad visual.
Que hagan mapas mentales:
Los mapas mentales son una herramienta visual que ayudaran a tomar decisiones, sintetizan información y son útiles para recordar conexiones o nuevos conceptos que les cueste recordar.
Estimular el sentido del olfato y las papilas gustativas:
Un ejercicio de memoria para adulto mayor para estimular el olfato, puede ser empezar a reconocer olores cotidianos como café, chocolate, jabón de manos, especia, etc. Parece algo muy simple, pero el entrenamiento consciente de “oler” se traduce en un ejercicio intenso entre nuestra nariz y nuestro cerebro. De igual forma, al comer, deben intentar identificar los ingredientes de la comida, incluidas las hierbas y especias sutiles. Esto ayudará también a trabajar el recuerdo, la memoria bibliográfica y a largo plazo a través de los sentidos.
Aunque hasta hace poco se creía que el sistema nervioso no se regeneraba. Ahora se ha descubierto que los sensores olfativos se regeneran alrededor de una vez al mes y las papilas gustativas, cada 15 días. Por eso es tan importante trabajar y estimular estos sentidos.
Usar la mano no dominante:
Otro ejercicio que se puede incluir en el día a día, es utilizar la mano no dominante para escribir, tomar objetos, cocinar, cepillarse los dientes, entre otros. Utilizar el lado opuesto del cerebro es uno de los ejercicios de estimulación cognitiva más desafiantes que existe. Con esto se obliga a trabajar el área del cerebro encargada de procesar el control de la mano que no se usa.
Afinar las habilidades mano-ojo:
Las actividades que involucran habilidades de psicomotricidad fina como tejer, dibujar, pintar, colorear o realizar rompecabezas también estimulan el cerebro y por lo tanto la memoria. Tener estas prácticas ayuda a trabajar no solo las funciones de motricidad fina, sino que ayuda a no olvidar para que sirven y para que se utilizan.
Juegos de cartas:
Los juegos de cartas practicados con regularidad ejercitan el cerebro y pueden retrasar la pérdida de la memoria asociada con el envejecimiento.
Vida social:
Actividades para potenciar la vida social pueden ser todo tipo de actividades que se realicen en grupo. Por ejemplo: Juegos de mesa, actividades de ocio y recreación, talleres prácticos de cocina, visitas grupales a tiendas, teatros, cines o exposiciones. Tener una vida social llena y activa, fomentar las relaciones con los demás, estimula el cerebro y activa todos los procesos neurales, beneficiando también la memoria.
Las actividades para estimular una vida social activa pueden llevarse a cabo en el barrio, en centros cívicos o culturales, centros de salud, asociaciones, universidades, etc.
Actividad física y descanso:
La actividad física tiene grandes beneficios para el cerebro, ya que lo protege de un deterioro cognitivo prematuro, además de reducir el riesgo de sufrir enfermedades neurodegenerativas. Además, dormir bien y descansar adecuadamente, favorece la concentración y atención. Durante el sueño el cerebro frena la actividad de un tipo de neuronas asociadas al olvido y ayuda a retener mejor los recuerdos.
La memoria es un proceso mental que suele afectarse con los años. Incluso quienes aún no han traspasado el umbral de la vejez pueden sufrir una disminución de su rendimiento. Los fallos de memoria son una de las quejas más habituales del proceso de envejecimiento; más del 40% de las personas mayores de 60 años los sufren. No obstante, el problema se manifiesta con amplias diferencias; no todas ellas lo experimentan del mismo modo.
Suponer que el declive de la memoria forma parte ineludible del proceso de envejecimiento es un grave error. La investigación neuropsicológica ha puesto de manifiesto que las dificultades de memoria asociadas a la edad tienen solución. Tanto los factores genéticos como los biográficos juegan un destacado papel en la aparición del problema. Pero está comprobado que la práctica regular de ejercicios de memoria mejora el funcionamiento de esta capacidad cognitiva.
Necesitamos ejercitar el cerebro para mantenerlo en forma, al igual que si se tratase de un músculo más. En caso contrario, se produce un progresivo deterioro que termina por afectar a su buen funcionamiento. La plasticidad cerebral es la facultad que posee este órgano para modificar su estructura; se trata de un complejo mecanismo mediante el cual se establecen nuevas sinapsis o conexiones nerviosas. Para el cerebro no es tan importante el número de neuronas que posee, como la calidad y fortaleza de sus conexiones entre sí. Está demostrado que los nuevos aprendizajes y la actividad mental continuada favorecen su desarrollo.
¿En dónde puedo mejorar la memoria?
ILVEM ofrece cursos y capacitaciones para llegar a tener un buen desarrollo de la memoria. Es un centro de entrenamiento cerebral, enfocado en brindar toda la ayuda necesaria para mejorar el nivel y comprensión de las personas. Aquí vamos a entregarles herramientas y métodos de estudio que servirán a lo largo del camino. Nuestro objetivo es incrementar la autoestima, su capacidad y el desarrollo integral de usted como individuo.
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